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Santoral del día.

  • Foto del escritor: Santuario San Judas Tadeo
    Santuario San Judas Tadeo
  • 15 abr
  • 2 Min. de lectura

17 de abril.


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Hoy se recuerda a San Simeón Bar Sabas, obispo de Seleucia y Ctesifonte.


San Simeón, llamado "Bar Sabas" que significa "hijo del batanero", fue nombrado obispo (Catholicos) de Seleucia-Ctesifonte, en Persia, a raíz del cese del obispo anterior en el 324. Simeón, sin embargo, pronto fue relegado a la función de asistente, debido a la falta de confirmación de la sentencia de destitución, se desconoce comenzó a ejercer realmente como obispo titular. Cuando en el 340 el rey persa Sapor II restableció la feroz persecución contra los cristianos, no dudó en elevar los impuestos al doble y declarar el cierre de todos los lugares de culto. Tomando nota de la pobreza de la mayoría de la gente, Simeón se negó a recoger el dinero requerido, por lo que fue detenido.


Conducido luego ante al rey, se negó a postrarse ante él o adorar al dios sol, esto fue un pretexto para que las autoridades lo encarcelaran, y junto a él a un centenar de personas. Simeón logró reconquistar a la fe cristiana a Ustazades, eunuco de la sala real además de educador del propio soberano, quien luego también padeció el martirio.


Simeón, junto con el centenar de compañeros (obispos, sacerdotes y miembros de diversas órdenes religiosas), estuvieron largo tiempo en prisión, hasta que finalmente —después de ver degollar ante sus ojos a todos sus hermanos en la fe y la prisión, a los que animaba con gran ardor— fue decapitado.


En ediciones anteriores de Martirologio Romano se mencionaban explícitamente los nombres de algunos de los compañeros en el martirio de Simeón: los sacerdotes Abdhaykla y Hananya, y el oficial real Pusayk. Simeón es puesto cuál cabeza del grupo de mártires en el Breviario Sirio del año 412, así como en el nuevo Martirologio Romano que pone su memoria el 17 de abril.


En la misma fecha del calendario católico dedica una mención especial a Ustazades, que con muchos otros cristianos en todas las regiones de Persia sufrieron el martirio por orden del rey Sapor II. Tal suerte le toco al santo preceptor en la habitación de Artaserse, hermano del mismo soberano, en la provincia de Abiadena, cuando arreció el primero frenesí de la persecución.

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