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Lectura del día

  • Foto del escritor: Santuario San Judas Tadeo
    Santuario San Judas Tadeo
  • 1 dic
  • 2 Min. de lectura

6 de Diciembre


PRIMERA LECTURA

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El Señor se compadece de ti al oír el clamor de tu voz.

Del libro del profeta Isaías: 30, 19-21. 23-26

Esto dice el Señor Dios de Israel: “Pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén, ya no volverás a llorar. El Señor misericordioso, al oír tus gemidos, se apiadará de ti y te responderá, apenas te oiga. Aunque te dé el pan de las adversidades y el agua de la congoja, ya no se esconderá el que te instruye; tus ojos lo verán. Con tus oídos oirás detrás de ti una voz que te dirá: ‘Éste es el camino. Síguelo sin desviarte, ni a la derecha, ni a la izquierda’.

El Señor mandará su lluvia para la semilla que siembres y el pan que producirá la tierra será abundante y sustancioso. Aquel día, tus ganados pastarán en dilatadas praderas. Los bueyes y los burros que trabajan el campo, comerán forraje sabroso, aventado con pala y bieldo.

En todo monte elevado y toda colina alta, habrá arroyos y corrientes de agua el día de la gran matanza, cuando se derrumben las torres. El día en que el Señor vende las heridas de su pueblo y le sane las llagas de sus golpes, la luz de la luna será como la luz del sol; será siete veces mayor, como si fueran siete días en uno”.

Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 146

R. Alabemos al Señor, nuestro Dios.

• Alabemos al Señor, nuestro Dios, 

porque es hermoso y justo el alabarlo. 

El Señor ha reconstruido a Jerusalén 

y a los dispersos de Israel los ha reunido. R. 

• El Señor sana los corazones quebrantados 

y venda las heridas. 

Tiende su mano a los humildes 

y humilla hasta el polvo a los malvados. R. 

• Él puede contar el número de estrellas 

y llama a cada una por su nombre. 

Grande es nuestro Dios, todo lo puede; 

su sabiduría no tiene límites. R. 


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO. Is 33, 22

R. Aleluya, aleluya.

El Señor es nuestro juez, nuestro legislador y nuestro rey; él vendrá a salvarnos. R.


EVANGELIO

Al ver a la multitud se compadeció de ella.

Del santo Evangelio según san Mateo: 9, 35–10, 1. 6-8

En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando toda enfermedad y dolencia. Al ver a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: “La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos”.

Después, llamando a sus doce discípulos, les dio poder para expulsar a los espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y dolencias. Les dijo: “Vayan en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos. Curen a los leprosos y demás enfermos; resuciten a los muertos y echen fuera a los demonios. Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo, pues, gratuitamente”.

Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

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